26 Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;
27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.
La Santa Biblia – Hechos 20:26-30
En general la explicación y el contexto de Pablo es un contexto por la cual anteriormente se les había hablado a ellos por la predicación del evangelio. La visión amplia del plan de Dios. Se pone a sí mismo por ejemplo de ello y por definición de la misma este tiene autoridad y derecho de hablar en esto. El texto aquí en estos 4 versículos se enfoca en animar y alentar a los obispos (predicadores y los que se ocupaban del rebaño de Dios) a tener cuidado de la grey y decirles que llegarían personas que intentarían engañar a la iglesia. Éste también se enfoca en un futuro por la cual diciendo que estas cosas sucederán también en su partida. Ahora pues, esto no es nada nuevo. Cristo también nos lo había advertido antes en los evangelios. Por ejemplo: Mateo 7:15-23.
La buena noticia es que Pablo aplicaba en su vida lo que el Señor mismo le había enseñado y lo que por sí mismo aprendía llevando cartas a todas las naciones que él mismo había estado, no poniéndose a sí mismo como alguien importante en la iglesia sino que, como dice el texto el sabe que la iglesia la ganó Cristo, y por lo tanto le pertenece, esto es algo importante que debemos aprender, tanto que depende del ministerio que tengamos somos sirvientes y no así dueños de la misma.
Por otro lado la argumentación de Pablo es de suma importancia, ya que no por tener un gran ministerio, se le concede el derecho o la elección de la pérdida o aceptación de la salvación de cada persona, ya que deja claro que esto es algo personal y intransferible, como nos indica otros pasajes de la Biblia, como por ejemplo Juan 3:16 entre otros.
Ahora bien, la iglesia tiene el deber de aprender y enseñar a otros, saber conocer por medios de las escrituras a Cristo primeramente, e identificar aquellas personas que no son cristianas. Los peligros son latentes, y están dentro y fuera de la iglesia, por lo tanto, la iglesia ha de defender el baluarte de la verdad y saber los fundamentos Bíblicos para no ser engañados. No es sólo una labor de los pastores de la congregaciones mismas. de que han de enseñar bien, para provecho y crecimiento de la iglesia y no provecho propio, (de ahí los dones) sino que han de dar ejemplo con su vida, (de ahí el ejemplo de Pablo) y su familia, como nos dice la carta a 1 Timoteo 3.
Una de las palabras que me han llamado la atención del texto, es la palabra «discípulo». La palabra en griego denota una persona que está en aprendizaje, o una persona que sabe o tiene ganas de saber, pero tiene otra parte de la misma que significa «hermano». El objetivo de estas personas no son las nuevas que rechazan o que no quieren saber nada, éstos están tranquilos y nada pasa en ellos, lo importante para éste tipo de personas son aquellas que tienen ganas de aprender del Evangelio. Por lo tanto, éstas mismas intentarán estar en un ministerio visible y de cargo para llevar a cabo el ataque hacia la iglesia. Han de deshacerse de los verdaderos hombres de Dios que están en ese lugar para ellos aparentar y tomar dicho puesto. Y esto no es nuevo ya en la antigüedad hubo alguien que quería hacer lo mismo, y Dios mismo tuvo que lidiar con él, por lo tanto cuidémonos de ellos, escudriñando las escrituras para ser sabios e identificar a este tipo de personas.