Juan 7:38-39 – El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
Este texto es muy interesante, vamos a aclarar cual es el principio de la historia, porque aquí se encierra el cumplimiento de las profecías de la venida de Cristo como Señor y Salvador al mundo.
La primera parte es imprescindible para todo aquél que quiera acercarse a Jesús, y es necesario para el hombre, es necesario que el ser humano, (hombre, ántropos) crea en Jesús. Ahora bien hemos de aclarar qué es creer en Jesús.
La forma de creer como dice Jesús es la siguiente:
– Creer que le hay, que Él es Dios existe y es real. como es.
– Aceptarlo y vivirlo como si fuera nuestra vida propia, aceptando que ya no nos pertenecemos sino que ya Él es quien nos gobierna.
– Obedecerle a Él en todo momento.
De aquí la persona de Pablo cuando dijo:
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20
Ahora bien, todo esto tiene una consecuencia. la promesa de Cristo el cual no nos dejará solo cuando Él se fuera. Esto está cumplido en el Espíritu Santo quien vino después en el día de pentecostés.
Pero para saber esto era necesario que se presentara ante el Padre glorificado, diciendo que su obra estaba completa. Por eso, no había venido el Espíritu Santo en este tiempo, tal y como nos relata el versículo.
Por otra parte hemos de nota que esto no era para todo el mundo, sino para aquellos que SOLAMENTE creyeran en Él y DE LA MANERA QUE DICE LA ESCRITURA. No hay de otra forma, ya que si se hace esto, el Espíritu Santo, (representado aquí como corrientes de aguas) en el momento oportuno, cuando Cristo fuera glorificado, vendría y entraría en la persona para vivir con ella por siempre y para siempre.
Hechos 2. (La Santa Biblia)
Otra cosa que hemos de ver aquí es que estos ríos no se acaban nunca, y es vivo no está muerto, no está quieto, podemos ver la plenitud de Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo morando en aquellos que le aceptan como Señor y Salvador de su vida. Esto es una vida que relata el texto, llena de esperanza.
La obra de Jesús en estos versículos sería crucial y marcaban un antes y un después en la vida del ser humano, marcando un alto de la vida llena de pecado, a una vida feliz con Cristo y nos practicante de la misma. Todo esto, avalado por el Padre.
Por lo tanto, es necesario, preguntarse lo siguiente: ¿Qué quiero y a donde quiero ir?, si quieres una vida en la cual no hay esperanza, en el cual todo es una incógnita y no se sabe qué pasará en un futuro pues sigue igual, la Biblia relata que un final de aquellos que no quieren que Jesús es el infierno. Pero hay una vida de esperanza, una vida en la cual no todo es malo, y es que cuando le llegue la muerte, no pasará a condenación, sino a pasado de muerte a vida.
Promesa de Dios a los que le reciben:
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. Juan 5:24